Una duda, Román, ¿eres nacionalista?

HAGO la pregunta porque me asalta la duda. Y es una cuestión que nunca he tenido clara ni aun cuando por medio de los votos de tu denostada ATI lograste la presidencia del Gobierno de Canarias; y menos cuando hablas sin cesar de la antidemocrática ley electoral canaria, ya que dijiste en su momento y, sobre todo, en la promesa hecha a Tomás Padrón en el Parlamento durante la sesión de investidura, que la modificarías durante tu mandato. Y ya ves, seguimos igual, chapoteando en el mismo charco.
Te haces llamar nacionalista y, claro, es que hay tantos que así se denominan que si hacemos caso a las palabras y los sumamos poniéndolos unos detrás de los otros seríamos en esta tierra legión. Y si fuera así haríamos de Canarias un país diferente, con un futuro diseñado desde dentro y con unas perspectivas muy alejadas de las de ahora.
Para titularse nacionalista hay que tener bien claro qué es el nacionalismo. Y es ni más ni menos que la ideología política que conduce a la formación y a la construcción de una nación, en este caso la canaria. Si no se tiene como meta la nación, se será cualquier cosa menos nacionalista. ¿Y con la nación, qué hacemos, sirve de algo, es válida? No. La nación, el día que se construya, por sí sola no vale; la nación es un cuerpo chiquito que necesita alimento y arropamiento. Y el único ropaje que da calor y vida a una nación y más aun si es emergente, es tener un Estado. Nación sin Estado es pendular en el vacío, es un nirvana encantador exento de sustancia y de argumentaciones sólidas.
Y no hay nacionalistas de centro, de izquierdas o de derechas. El nacionalista es solo eso: nacionalista. Y su fundamento ideológico es defender a ultranza la categoría de nación más que la categoría de clase. Construir antes que nada la nación y luego se podrá uno definir de la clase que se quiera. Pero manifestar que se es nacionalista de aquí o de allí es pegarle patadas a la teoría política reciente, ir de oportunistas, confundir a la gente y enarbolar latinajos que apenas sí comprometen.
Ser nacionalista, desde luego no es fácil. Hay que creérselo y, sobre todo, saber en qué momento histórico se está viviendo. Si se sigue pensando en tutelajes, en maniobras que no dignifican la trayectoria política que se intenta diseñar y que contradicen lo dicho un día y otro, entonces iremos de mal en peor.
Un ejemplo para mí bastante clarificador: estamos cansados de oír que jamás pactarás con el PP y con ATI-CC, bien; pero en las elecciones a la Caja de Canarias y para llegar a ser vicepresidente de la misma sí que hubo que llegar al acuerdo o pacto con el PP y CC. Y ¿ahora qué? En cuestiones de satisfacción personal donde rondan por medio las prebendas económicas ¿ya no son diametralmente opuestas NC y CC? Difícil. Qué difícil se hace comprender esto, y más cuando se erige uno en paladín de la regeneración política de Canarias.
Ante esto se hace necesario un reciclaje, un discurso coherente y que las palabras se doten de contenido ideológico y no pongamos el acento hoy aquí en unas y mañana en otras. Se es o no nacionalista. Pero en todos los espacios, en la Caja, en el Cabildo y en la calle, buscando el encuentro con los otros nacionalistas; saltar de un lado hacia otro supone aparte de un riesgo un perfecto cachondeo.
Ser nacionalista de boquilla está tirado, pero serlo de convicción es algo más complicado porque con las decisiones y las concepciones no se debe jugar, puesto que luego los avatares seguro que pasarán factura y se sentirá uno mal, fatal, aunque para salir del paso los pretextos y los discursos los adornemos de falacias y de contradicciones.
Si queremos dignificar la política canaria, si pretendemos ser jueces de lo que estamos viendo y defensores de no se sabe qué, se hace necesario buscar referentes, buscar ideas adecuadas que den forma a las convicciones que se dicen tener, pero si el discurso va por un lado y las actitudes por otro, y si hablamos en clave nacionalista y nos va en ello la vida, pero no nos convencemos de ello, seremos de todo menos, por supuesto, nacionalistas.
D.Juan Jesús Ayala
Presidente del PNC de Tenerife